Descubrí Montevideo
play

Descubrí Capurro

Parque Capurro

La mirada de Mario

Parque Capurro

Descubrí el lugar

En 1910, Esteban A. Elena, Director General de “La Transatlántica” , impulsó la creación de un parque moderno y de una adecuada ambientación arquitectónica del balneario, inspirado en los grandes centros balnearios europeos. Fue así que en diciembre de ese mismo año se procedió a la inauguración del Parque Capurro y de las construcciones planificadas. El parque mantuvo su esplendor y sostenida concurrencia hasta la década de los años treinta, en que el balneario de Capurro comenzó a ser desplazado en las preferencias del público por las playas del sur de Montevideo y del este del país. Abandonado durante largo tiempo, el parque y las hermosas construcciones de Capurro vinieron a tener actualización al construirse la nueva avenida de acceso a la ciudad que involucra a la Rambla Baltasar Brum y que puso , nuevamente de manifiesto el injusto olvido y deterioro que el desuso y el paso de los años han obrado sobre la otrora hermosa y concurrida zona.
Esta evidencia determinó que, a comienzos del año 1988, se procediera a trabajos de reconstrucción en el Parque Capurro. En aquel momento se mejoraron las instalaciones del parque, pero con el paso de los años, volvió a caer en el abandono, hasta que en el año 2013 un grupo de vecinos llevó nuevamente a la Intendencia la iniciativa de recuperar el lugar, que hoy luce magnífico y vuelve a ser orgullo del barrio.

 

Descubrí la Obra

LA BORRA DEL CAFÉ

UN PARQUE PARA NOSOTROS

. «Un parque para nosotros» es el cuarto capítulo o fragmento de La borra del café. Luego de haberse presentado y habernos contado algunas cosas de su infancia, Claudio nos presenta uno de los grandes escenario de la novela: el Parque Capurro. «En aquella época, el Parque Capurro era como una escenografía montada para una película de bandidos, con rocas artificiales, semicavernas, caminitos tortuosos y con yuyos, una maravilla en fin.»

La borra del café es, en palabras del propio Mario, una de sus mejores novelas: «Es la única que en algún sentido es autobiográfica. O que por lo menos lo es en el envase, pues el protagonista es totalmente inventado pero vive en los barrios donde yo viví. Capurro -uno de los más queridos-, Malvín, Punta Carretas.» Fue publicada en Montevideo (1992), Buenos Aires y México (1993), Madrid (1996) y Barcelona (2000), y traducida al alemán (1994), al checo (2000), y al portugués (1998).

Descubrí a

Mario

1930

Luego de dejar atrás Tacuarembó, la infancia de Mario transcurrió por varios barrios de Montevideo: Colón, Cordón, La Comercial, el Centro, Punta Carretas vieron desfilar a los Benedetti sucesivamente, cambiando de casa cada poco tiempo, a veces no sólo dentro del mismo barrio sino incluso sobre la misma calle. Todos esos barrios -en sí toda Montevideo-, eran recordados con cariño por el poeta, pero uno de los más queridos para él -como lo aclara en una entrevista con María Esther Gilio-, era Capurro.

Tal vez la esencia de su vínculo con Capurro residiera en esa cálida atmósfera familiar «donde cada esquina, cada almacén, cada bar, eran como habitaciones de la casa». A pesar de que a esa altura ya había pasado por unas cuantas, precisamente la casa de Capurro fue para Mario lo que él consideró «su primer casa», y ella se extendía al barrio entero.

Allí fue a vivir con 13 ó 14 años, mientras que su hermano Raúl a esa altura tenía 6. Juntos vivieron cosas memorables en aquellas tardes del Parque, compartiendo juegos, admirándose con los personajes típicos del lugar y también viendo al Graf Zeppelin atravesar el cielo de Montevideo. Porque si el barrio entero era una casa donde cada esquina, cada almacén y cada bar eran sus habitaciones, bien podríamos decir que el parque era su patio.

Muchos años más tarde, en una entrevista, y parafraseando su poema «Elegir mi paisaje», le preguntan si, efectivamente, los paisajes se pueden elegir:

«Yo creo que sí. En esta última novela, La borra del café, tuve que elegir de entre todos los barrios que había vivido, en qué barrio me había sentido mejor, y me dije Capurro.»

capurro y dragones
>
<
CALLE CAPURRO