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Parque del Prado

La mirada de Mario

Parque del Prado

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Parque del Prado

El Prado es el primer y mayor parque público de la ciudad, con 106 hectáreas. Se conformó como un proceso de agregación en el tiempo de calificadas estructuras verdes urbanas, que se localizan alrededor del arroyo Miguelete, que es su principal conector y vertebrador.

Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes:

La villa palladiana que ocupa el Museo Blanes pertenece al período de auge de las quintas y villas del Miguelete en el siglo XIX. Diseñado por el ingeniero Juan Alberto Capurro, constituye un destacado exponente del eclecticismo historicista de influencia italiana. El Museo Juan Manuel Blanes se funda en 1930, en conmemoración del centenario de la Independencia del Uruguay. Lleva el nombre del pintor nacional Juan Manuel Blanes, al cumplirse en esa fecha los cien años de su nacimiento. El edificio original es adquirido por el gobierno municipal y ampliado con destino a museo. Desde entonces, integra el sistema de museos de la Intendencia de Montevideo. Con el correr de los años, el Museo Blanes modifica su concepción inicial, fuertemente caracterizada por una arquitectura, un modelo museístico y un acervo propios del siglo XIX. Desde 1940, comienza a recibir las obras premiadas en el Salón Municipal, abriéndose al arte contemporáneo y desarrollando así su actual colección. Desde 1996, es parte de la política cultural del Museo la creación de archivos de artistas nacionales.

La Rosaleda Juana de Ibarbourou:

El 17 de diciembre de 1912 el Prado incorporó a la Rosaleda, creada con el nombre de Rosarium por el experto paisajista francés Charles Racine, mientras que la arquitectura le correspondió a Eugenio Baroffio, activo creador en la zona. Los 12.000 rosales fueron importados de Francia, en 1910. La Rosaleda está formada por cuatro grandes pérgolas de 60 metros de longitud, coronadas por ocho cúpulas de estilo art nouveau, en las que crecen las rosas Banksias originarias de la China. El centro está engalanado por una fuente de bronce, rodeada de 20 columnas en las cuales se encuentran rosales antiguos de magnífico porte y exóticas especies.

El barrio del Prado tiene también otros puntos de interés: la Iglesia de los Carmelitas, la Capilla de la Sagrada Familia, el Hotel del Prado, el Castillo Soneira, la casa de Vaz Ferreira, la Residencia Presidencial en la Casa Quinta Susviela Guarch, y el Museo Nacional de Antropología.

 

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PRIMAVERA CON UNA ESQUINA ROTA

Santiago, el protagonista de Primavera con una esquina rota, a través de una carta desde la cárcel confiesa a su padre un hecho terrible, una muerte que carga en la consciencia, y que no es una muerte cualquiera. Intentando alejar ese hecho de su memoria, viaja hasta su infancia, en el Prado de Montevideo. Eso parece alivianar la pesada carga:

«Sueño con un pasado lejanísimo, cuando en los meses de vacaciones íbamos al Prado en horas de la siesta, mientras ustedes los adultos sucumbían a la modorra y nosotros nos sentíamos particularmente libres y nos tendíamos sobre el césped o el colchón de hojas y divagábamos y divagábamos...» 1

Publicada en 1982, Primavera con una esquina rota es una novela que explora, a través de varios personajes, las sensaciones que provoca el exilio. El exilio físico y también el emocional que provocan las dictaduras. El arraigo arrancado por la fuerza. La prisión. La distancia. La anulación. Contiene intercalados en el cuerpo de la obra, seis capítulos llamados «Exilio» que narran episodios biográficos de Mario. Es considerada una Novela esencial en el corpus de toda su obra. Editada en 1982 en México y en Madrid, en 1983 se edita en Cuba 1983 y en 1984 en Argentina. Un poco más tarde en 1986, en Uruguay y dos años más tarde en Colombia. Supera las treinta ediciones. Está traducida al alemán, búlgaro, checo, euskera, francés, holandés, inglés, italiano, portugués y ruso.

1- Primavera con una esquina rota, pág. 108

Descubrí a

Mario

1980

Once años después de su novela anterior, Primavera con una esquina rota es la única publicada por Mario durante su exilio. Fue escrita entre los octubres de 1980 y 1981, cuando el poeta ya había dejado Cuba para exiliarse en España, por ahora en Palma de Mallorca. La novela aparece en 1982. Si bien en Uruguay se avanzaba hacia la democracia, los pasos eran muy lentos y aún faltaba bastante para el esperado retorno.

Mientras Mario escribía esa novela, en Uruguay el pueblo había dicho «NO» a la dictadura en un memorable plebiscito con el que los militares pretendían perpetuarse en el poder. Mario, escéptico y a la distancia, daba por descontado un fraude que haría ganar al «SÍ»: «Así que me fui a dormir. Pero a las 3 de la madrugada me desperté y prendí la radio. Yo escuchaba a menudo estaciones europeas de onda corta que trasmiten en español para América Latina, y muchas veces me enteraba de noticias uruguayas por la BBC, por la Radio Nederland, o por la Deutsche Welle, o Radio Berlín. En el momento en que sintonizo la BBC estaba diciendo que los resultados del plebiscito, ya definitivos, daban cerca del 60% al NO. Debe ser la última vez que lloré. De alegría y de asombro. Me puse a dar saltos -en mi cuarto, no en la plaza-, y lo peor es que no tenía con quién comunicarme, con quién comentarlo. Al día siguiente sí, hubo incontables llamadas de larga distancia. Los exiliados nos llamábamos unos a otros, felices, todavía incrédulos. Pero felices, felices. Para el exilio fue más importante de lo que nadie se pueda imaginar; fue como una revelación.»

JARDIN BOTANICO
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LOS BARRIOS