Descubrí Montevideo
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Descubrí Cordón

Monumento a los detenidos-desaparecidos de América Latina

La mirada de Mario

Monumento a los detenidos-desaparecidos de América Latina

Descubrí el lugar

Proa de las calles Jackson y Guayabos.

Este monumento es obra del artista Daniel Escardó. Fue inaugurado el 10 de diciembre de 2009 por el Intendente de Montevideo, y la obra fue considerada por el jurado que dio ganador al proyecto como «una adecuada abstracción de lo que desea comunicar en un lenguaje tan actual como propio, revalorizando la vida y el futuro, generando una interacción con el espectador donde su estructura, en un juego de formas, colores y texturas, puede convertirse según la hora, la luz o la mirada del observador en aquello que el artista cuajó y dejó para inquietud o serenidad del que allí se ha detenido». Desde esta plazoleta emblemática parte año tras año la marcha en silencio de familiares de víctimas de la dictadura, que reclama el esclarecimiento definitivo de todos los casos. La fecha de la marcha anual es cada 20 de mayo, aniversario de los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, ocurrida en Buenos Aires en 1976.

Descubrí la Obra

LA CASA Y EL LADRILLO

CROQUIS PARA UN DÍA

«Croquis para algún día» es un boceto de lo que Mario vislumbraba para el día de su retorno del exilio, cuando éste recién había comenzado. Entre reencuentros y abrazos, entre seres y lugares queridos, Montevideo muestra heridas aún abiertas: son los detenidos-desaparecidos por la dictadura, que se extienden a los de toda América Latina. Es necesario curar y cerrar esas heridas con Verdad y Justicia; es necesario no olvidar esas heridas para no volver a sangrar.

«aquí está la ciudad de par en par
como una herida que ya no supura
pero aún es herida lo será largamente

mi pregunta oficiosa es la siguiente
dónde están los verdugos
te advierto que no se habla de tortura
sino más bien de los torturadores
lo otro es un pantano
habrá que transformarlo en campo roturado
no para olvidarlo sino para acordarse
que se trata de una sangre ubérrima
lo feroz trasmutado en lo veraz


ya entiendo pero
dónde están los verdugos» 1

En sus diálogos con Osvaldo Ferrari, Jorge Luis Borges dice que acaso la distancia puede actuar como inspiradora, y que tal vez «el único modo de estar emotivamente en un lugar es no estar físicamente, ¿no?» Algo de esto parece ser lo que ocurre con Mario y Montevideo en el exilio, período durante el cual fue escrito La casa y el ladrillo. Un libro donde aflora la nostalgia por la ciudad toda, por sus calles y zaguanes, por el río omnipresente, por los amigos que están presos o muertos. La ciudad que le fue quitada, y que en esos días duerme bajo el cielo de una dictadura que la hace todavía más dolorosamente lejana. El cuerpo de Mario no está en Montevideo; su corazón sí. En La casa y el ladrillo, escrito en Cuba entre 1975 y 1976, y publicado en México en 1977, empiezan a aparecer los primeros versos de Mario marcados por el tema del exilio, que junto al desexilio son circunstancias que envolverán gran parte de sus textos de aquí en adelante. Este poemario es, para muchos, el más importante acerca del exilio, desde la nueva y dolorosa experiencia de vivir el Uruguay a la distancia.
1- Croquis para algún día, La casa y el ladrillo, pág. 127

Parque Líber Seregni
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Plaza de los Treinta y Tres