Mario amaba el cielo de Montevideo, y lo hace constar a lo largo de toda su obra, llamándolo muchas veces «nuestra vía láctea». Ya fuera viviendo aquí, ya desde el exilio, no dejaba de recordarlo, pero fue precisamente viviendo en Europa donde parecía extrañarlo más, encontrando diferencias sustanciales entre el cielo de los europeos y el montevideano. En Andamios, el desexiliado Javier Montes lo cita como una de las nostalgias que lo impulsaron al regreso, lo enumera entre las muchas cosas que perdió cuando tuvo que irse, lo valoriza durante los apagones nocturnos, y se vanagloria de tenerla, considerándola como un rasgo más de los montevideanos: «Es posible que nuestro rasgo incanjeable (aunque no tengamos la propiedad absoluta) sea la Vía Láctea. Por algo los europeos nos la envidian puntualmente.» 1
Andamios narra la historia del periodista Javier Montes que, en 1995, vuelve al Uruguay para recuperar su espacio interior en un país que le arrebataron por la fuerza. Según Mario, es una especie de inmersión de los personajes de La borra del café, que saltaron de sus páginas para construir esos andamios. Y aunque no la reconoce como autobiográfica, sí admite en esta novela algunas «pinceladas personales»: «Yo también fui un exiliado y lo pasé muy mal. El exilio político es diferente del económico. La muerte, si es forzada, también es una forma de exilio». Publicada en Buenos Aires (1996), México (1997), Madrid y Montevideo (2009), Barcelona (2015), y traducida al italiano (2006), y al portugués (2017).
1- Andamios, pág. 79
Mario define al haiku, esa particular forma de poesía japonesa que lo había cautivado, en la que se animó a incursionar:
Habla el propio Mario: «Personalmente, no he estado en Japón ni conozco su lengua. Tampoco soy un experto en la historia y el desarrollo del haiku. Sí tengo bien leídos y disfrutados, en buenas traducciones, numerosos haikus en la pauta clásica, que es la que siempre me ha cautivado. Está de más decir que no me considero un haijin(así se denomina en japonés al que escribe haikus-, rioplatense. Encerrar en 18 sílabas una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un paisaje y hasta una breve anécdota empezó siendo un juego. Ahora, con el perdón de Bashoo, Buson,Issa y Shiki, ya considero al haiku como un envase propio, aunque mi contenido sea inocultablemente latinoamericano.» El libro fue publicado en 1999.
1- Haiku 10, Rincón de haikus, pág. 22
El 17 de mayo de 2009, el corazón de Mario dejó de latir en su casa de la calle Zelmar Michelini. Fue un adiós silencioso y sereno, como habían sido sus últimos años. Al momento de su muerte, Mario trabajaba en un nuevo libro de poesía que ya tenía título: Biografía para encontrarme. El Gobierno decretó duelo nacional, y el velatorio fue con Honores de Estado en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Amigos, escritores, músicos, políticos y personalidades de los más diversos ámbitos del país pasaron por la capilla ardiente allí instalada, a dar su último adiós al poeta. Una multitud de lectores y admiradores también se hicieron presentes, dejando junto al féretro flores y biromes como homenaje al escritor. Para resumir el espíritu que gobernó el sentimiento de ese día triste, tal vez basten las palabras con que lo despidió el Presidente Tabaré Vázquez: «Una persona como Mario nunca muere; se siembra».