En La casa y el ladrillo Mario recorre y rememora su vida en Montevideo, versos forjados con la dolorosa tinta del exilio. Escribe a Montevideo y sus lugares, a los afectos, y a los treinta años -treinta marzos, treinta puentes-, de su boda con Luz, cumplidos un año antes de la publicación del libro, y que lo encontraron lejos. Con humor y a veces con crudeza, «Bodas de perlas» relata la hermosa historia que les tocó vivir, desde el inicio hasta esos días, sin olvidarse del entorno, de cómo han cambiado los tiempos, las personas y el mundo en esas tres décadas de amor. En sus diálogos con Osvaldo Ferrari, Jorge Luis Borges dice que acaso la distancia puede actuar como inspiradora, y que tal vez
Algo de esto parece ser lo que ocurre con Mario y Montevideo en el exilio, período durante el cual fue escrito La casa y el ladrillo. Un libro donde aflora la nostalgia por la ciudad toda, por sus calles y zaguanes, por el río omnipresente, por los amigos que están presos o muertos. La ciudad que le fue quitada, y que en esos días duerme bajo el cielo de una dictadura que la hace todavía más dolorosamente lejana. El cuerpo de Mario no está en Montevideo; su corazón sí. En La casa y el ladrillo, publicado en México en 1977, empiezan a aparecer los primeros versos de Mario marcados por el tema del exilio, que junto al desexilio son circunstancias que envolverán gran parte de sus textos de aquí en adelante. Este poemario es, para muchos, el más importante acerca del exilio.
«Un padrenuestro latinoamericano» no es ni un simple remedo ni una parodia de la oración cristiana original, sino más bien una paráfrasis pasada por el crítico tamiz de Mario. Una vez más la ausencia de Dios está presente, un Dios que está exiliado, que se olvida del humano en la Tierra, y cuya voluntad es cuestionada. Escrito en 1960, describe la situación política, económica y moral de un continente que está empezando a sangrar, incluso a pesar de Dios. Para Mario, «Dios se quedó dormido».
Poemas del hoyporhoy, cuarto libro de poesía de Mario, recoge poemas escritos entre 1958 y 1961. Es un libro que marca el inicio de temas que luego sobrevolarán el resto de su obra: la injusticia social, los ricos, los desheredados, la corrupción, la desigualdad de oportunidades, y también la experiencia de su primer visita a los Estado Unidos. Se trata de un libro que más tarde sería enmarcado en la llamada «poesía social», con versos a veces crudos y directos, a veces sutiles e irónicos. Se publicó por primera vez en Montevideo en 1961, y posteriormente en España (1988) como parte de le Biblioteca Mario Benedetti. También se editó una versión conjunta con Poemas de la oficina, publicada en Madrid (1984), México (1988), Buenos Aires (1993), Barcelona (2000) y Montevideo (2001).
El 23 de marzo de 1946 Mario y Luz pusieron fin a un noviazgo de doce años. Una estrofa del poema «Bodas de perlas» sintetiza el nacimiento de esa historia de amor que durará sesenta años:
El noviazgo fue firme y soportó dificultades, como la separación obligada cuando, por trabajo, Mario debió instalarse en Buenos Aires:
No falta en la historia del noviazgo -como en cualquier relación de aquellos años-, el ojo vigilante de la futura suegra, aludido con humor también en el poema. Durante el tifus que padeció Mario, Luz cuidó amorosa y tiernamente de aquel hombre enflaquecido y con «barba de ciruja», incluso prodigándole «besos antihigiénicos». Poco tiempo después vendría el ingreso a la Ex-Industrial Francisco Piria y prácticamente al año, el casamiento, que en un principio estaba planeado en una iglesia católica. Al ir a inscribirse, le solicitaron a Mario un certificado bautismal que le fue complicado conseguir, y la ceremonia tuvo por fin lugar en el Templo Metodista de Montevideo.
Con los años, la Iglesia Metodista se sintió honrada de haber casado a Mario, y prueba de ello es que su web ofrece «Un Padrenuestro Latinoamericano»2 , incluido en Poemas del hoyporhoy (1961). Al pie del poema, la foto de los jóvenes Luz y Mario recién casados.
1- Bodas de perlas. La casa y el ladrillo, pág. 85